LOS PRINCIPIOS Y
EL MÉTODO DE LAS EXPERIENCIAS EVOCADAS.
R. Kurtz
"Nuestra
consciencia ordinaria no es 'natural', sino un producto adquirido.
Esto nos ha dado
tantas destrezas muy útiles, como fuentes malsanas de sufrimiento"
Charles
Tart. "Waking Up"
"No puedes
hacer lo que quieres hasta saber qué es lo que estás haciendo”
Moshe
Feldenkrais.
El
Método Hakomi de terapia Mente/Cuerpo
se arraiga en un conjunto de principios que reflejan un cambio de paradigma.
El
trabajo terapéutico, no es sino una expresión inspirada de estos principios.
Los
métodos y técnicas, que desarrollamos con los clientes y con cada uno de
nosotros, son expresiones de estos principios, a escala.
Tratan
de la unidad y del universo participativo; de las relaciones; de la naturaleza
de los seres y de sus diferencias con el mundo material.
Tratan
de la realidad de la consciencia y su lugar en la terapia. Tratan de la
efectividad de la no-violencia.
Estos
principios son el corazón del trabajo y el refugio de los terapeutas perdidos.
Los
principios son un mundo, y tienen tanta relación con nuestro crecimiento como
seres humanos plenos como la propia terapia; tanta relación con la terapia como
con el universo o encontrarse con otra alma humana.
Las
personas son seres vivientes, fundamentalmente diferentes de las máquinas, nos
auto-organizamos. Somos sistemas que se crean a sí mismos y que hacen su propio
mantenimiento, curamos.
Las
máquinas no hacen eso. De modo que vemos a las personas como sistemas auto-organizados,
psicológicamente constituidos alrededor de creencias, imágenes y memorias
nucleares.
Este
material nuclear se encuentra en el corazón mismo de lo que hacemos con nuestras
vidas.
Crea
y mantiene nuestras imágenes de nosotros mismos y de nuestro mundo
culturalmente adquirido.
Dirige
nuestras percepciones y acciones.
El
material nuclear se expresa a través de hábitos y actitudes que nos convierten
en individuos.
Nuestros
sentimientos, acciones y percepciones sufren continuamente la influencia del
material nuclear alrededor de temas centrales como: seguridad y pertenencia;
apoyo, amor y aprecio; libertad y responsabilidad; apertura y honestidad;
control, poder sexualidad, participación y reglas sociales. Estos temas son el
pan de cada día del trabajo terapéutico.
Hakomi
es un método para ayudar a las personas a cambiar su modo de estar en el mundo,
a través del trabajo con el material nuclear y el cambio de las creencias
nucleares.
Es
un método de transformación y sigue un camino. Primero trabajamos por construir
una relación que maximice la seguridad y la cooperación del inconsciente, con
esa relación ayudamos al cliente a focalizarse en su experiencia y a estudiar
cómo la organiza.
La
mayor parte de la conducta está constituida por hábitos, organizados
automáticamente por el material nuclear.
De
este modo, al estudiar la organización de la experiencia, estamos estudiando la
influencia de este material nuclear. Usualmente desde ahí no hay sino un paso
para entrar en contacto con los sentimientos, memorias y creencias nucleares.
Para
estudiar la organización de la experiencia, establecemos y usamos un estado de
consciencia llamado conciencia plena.
Hay
muchos escrito acerca de la conciencia plena; es parte de las tradiciones
transpersonales.
Es
un estado de consciencia muy preciso, que se caracteriza porque en él la
voluntad está relajada, hay una disposición a rendirse y a aceptar lo que está
ocurriendo en el momento, un enfoque delicado y sostenido hacia adentro, una
sensibilidad más aguda y una capacidad para observar y nombrar los contenidos
de la consciencia.
Es
auto-reflexivo. Aunque somos capaces de lograr ese estado especial de
consciencia, la verdad es que no lo hacemos muy frecuentemente, pero cuando lo
hacemos, podemos recolectar información acerca de nosotros mismos con relativa
facilidad. En la psicoterapia no hay nada más útil que la conciencia plena.
Cuando
se encuentran en un estado de conciencia plena, terapeuta y paciente juntos
crean y usan experiencias evocadas.
Cuando
el cliente indica que está listo, el terapeuta introduce una "influencia externa"
a este estado calmado de auto-observación.
La
influencia puede ser una afirmación relativa a un tema clave, una imagen, un
contacto o un sonido.
Puede
ser incluso una sugerencia al paciente de que diga algo o que haga algo, por ejemplo,
un movimiento nítido y lento.
En
la medida en que el cliente sea capaz de permitir sus reacciones y de darse
cuenta de ellas, el método funciona.
Por
ejemplo, una persona podría estar levantando lentamente un brazo hacia arriba, en
un contexto imaginario tratando de acercarse a alguien, mientras observa al
mismo tiempo la experiencia así creada.
Tal
vez, en algún momento del movimiento del brazo, se da cuenta que siente miedo.
Si
uno levanta el brazo de manera despreocupada y rápida no se va a evocar el miedo,
en particular si lo hacemos para bajar una jarra de la repisa.
La
conciencia plena es lo que lo hace posible: la lentitud de la acción, la
actitud de auto-observación y la focalización en la experiencia.
Lo
más probable es que el miedo esté relacionado con recuerdos y creencias acerca
de lo que significa acercarse a otro. Luego de evocar el miedo (o cualquier otra
experiencia), ocurre una transición al procesamiento, si la persona está lista.
El
procesamiento es específico al estado de consciencia, porque el material
nuclear, especialmente las memorias que organizan los núcleos, son específicos
al estado de consciencia.
Hay
tres diferentes estados de conciencia en los que trabajamos: Conciencia plena, con
emociones intensas y un estado en el que aparece la consciencia propia de un
niño. Usamos diferentes métodos con cada uno.
El
método básico consiste en crear una relación que permite a la persona
establecer un estado de conciencia plena, evocar experiencias en ese estado de
conciencia plena y procesar las experiencias evocadas.
Todo
lo demás que hagamos apoya este proceso esencial.
Para
evocar, establecemos la conciencia plena, una vez evocado algo, procesamos las
experiencias.
Al
procesar, usamos las experiencias para ayudar a la persona a comprender y
cambiar.
Todos
los métodos y técnicas se aúnan para lograr que esta secuencia simple dé
frutos.
Creamos
una relación segura, curativa, para hacer posible el estado de conciencia
plena, y usamos la conciencia plena para aumentar la sensibilidad.
Queremos
la sensibilidad para ir a lo profundo, para evocar experiencias que reflejen
las actitudes emocionales y creencias nucleares.
El
método parece simple, se trata de crear y usar experiencias evocadas para
trabajar con el material nuclear.
Estos
métodos son apropiados y efectivos en todo tipo de situaciones terapéuticas y encuentra
su máximo potencial en el crecimiento personal.
Es
sumamente útil cuando queremos ir más allá de nuestros límites personales -más
allá de las "fuentes insanas del
sufrimiento inútil" -hacia la expresión plena de lo que somos y de lo
que es posible.
El
material nuclear cala hondo. Las creencias organizadoras las sostenemos firmemente
y las defendemos con fuerza.
Lo
más probable es que cualquier intento de forzar el cambio esté condenado al
fracaso.
Hablando
no podemos convencer a las personas para que renuncien a concepciones profundas
y arcaicas acerca de la vida y de sí mismos.
Las
creencias organizadoras determinan el modo como funcionamos, y al igual que los
mitos personales, energizan la conducta y le dan dirección.
Nos
protegen contra las pérdidas y el dolor, y no renunciamos fácilmente a esa
protección.
Puedes
ofrecer muchos argumentos lógicos a una persona para que crea que puede
sentirse segura, que es digna de ser amada. Puedes decirle que nadie la persigue
y que es tonto que piense lo contrario.
Los
hechos mismos pueden ser obvios, incluso para el mismo. El cliente puede
reconocer, intelectualmente, que tienes razón. Podría decir incluso: "Si.
Por supuesto, tiene razón, realmente no hay nada que temer." Pero su
fisiología y su conducta dicen muy claramente: "¡Si hay! ¡Si hay!"
El
material nuclear no es accesible a través del intelecto. Pero si lo es a través
de la conciencia plena y la evocación, por esta razón trabajamos en estados
no-ordinarios de consciencia.
Cada
uno de nosotros se organiza para encontrar al mundo a su manera. Le damos
significados personales, únicos, a lo que recibimos del mundo.
Al
igual que las campanas al viento, los sonidos evocados nos dicen mucho más
cosas acerca del instrumento que acerca del viento.
Las
experiencias evocadas están más relacionadas con nosotros mismos que con las condiciones
que las evocan.
En
cualquier situación, dos personas cualesquiera pueden tener experiencias
totalmente diferentes, incluso opuestas.
Las
experiencias reflejan la organización interna, reflejan los recuerdos y
creencias y las imágenes de uno mismo y del mundo que organizan toda
experiencia.
Con
la evocación en estado de conciencia plena nos acercamos, uno o dos pasos, una
pregunta, un gesto, estar un poco más con la experiencia, y estamos en el
núcleo.
Difícilmente
las personas consideran que las experiencias evocadas son especulativas.
Inmediatamente
aceptan esas experiencias como reales y significativas. No se duda fácilmente
de la experiencia.
Se
puede dudar de la teoría, pero no de la experiencia.
Si
se hace un seguimiento del proceso terapéutico, terapeuta y cliente no hablan
acerca de cuál es la verdad ni cómo pudo haber comenzado todo.
Ambos
están comprometidos con lo que está ocurriendo ahora mismo.
El
material nuclear está moldeando constante y activamente la experiencia
presente, es operativo y tangible. El trabajo de la terapia permite que se haga
accesible a la consciencia, donde, a partir de una sensación más amplia del yo,
puede ser explorada, comprendida, desafiada y revisada.
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